La política peruana se encuentra en un momento crucial, marcado por la fragmentación y la polarización. Lourdes Flores, una figura emblemática del Partido Popular Cristiano (PPC), comparte sus reflexiones sobre el panorama actual y las lecciones aprendidas a lo largo de su carrera política. En una reciente entrevista, Flores aborda temas como la importancia de la unidad en la derecha, las lecciones de sus campañas pasadas y el futuro del PPC en el contexto electoral del 2026.
Flores, quien ha sido candidata presidencial en varias ocasiones, recuerda su experiencia en las elecciones de 2001 y 2006, donde logró captar un significativo apoyo popular. Sin embargo, también reconoce que la fragmentación del voto y los errores propios fueron factores que impidieron su llegada a la presidencia. «Faltó, en ambos casos, el pequeño margen de una división en el sector y, sin duda, los propios errores», señala.
La política peruana ha estado marcada por ataques y descalificaciones, y Flores no es ajena a ello. Reflexiona sobre cómo en su campaña de 2006, fue etiquetada como «la candidata de los ricos» y cómo no supo responder adecuadamente a esos ataques. «Hay momentos en que debes contestar y hay que hacerlo drásticamente», afirma, reconociendo que la falta de respuesta a esos ataques le costó en términos de apoyo electoral.
En cuanto a la situación actual del PPC, Flores enfatiza la necesidad de una unidad en la derecha para enfrentar la fragmentación que ha caracterizado a la política peruana. «Si queremos salir adelante como país, hay que acabar con esta polarización que a veces es mezquina y muy infantil», sostiene. A pesar de las dificultades, mantiene la esperanza de que se logren alianzas significativas entre las diversas agrupaciones de derecha.
Uno de los puntos más críticos que aborda es la situación de Dina Boluarte, actual presidenta del Perú. Flores expresa su preocupación por la estabilidad del gobierno y la necesidad de que Boluarte gestione un proceso electoral sin interferencias. «En 60 días, la señora Boluarte tendrá que convocar a elecciones y su relevancia en la vida política es limitada», comenta, sugiriendo que su papel debe ser el de facilitar un proceso electoral transparente y ordenado.
La fragmentación en la política peruana también se refleja en la dificultad de alcanzar consensos. Flores menciona que dentro del propio sector de la derecha hay aspiraciones que no cederán fácilmente, lo que complica la posibilidad de una candidatura única. «Dificulto que alguien llegue al 15% con 50 candidatos», advierte, enfatizando que la segunda vuelta electoral debería ser un espacio para sumar y no para dividir.
En el contexto de las elecciones de 2026, Flores también se refiere a la figura de Keiko Fujimori, sugiriendo que podría desempeñar un papel más convocante en lugar de ser simplemente una candidata. «Ella podría ser una cabeza de lista del Senado extraordinaria», propone, destacando la importancia de su experiencia y tenacidad en la política peruana.
La conversación también toca el tema de la escasa representación femenina en la política. Flores reconoce que, a pesar de los avances, aún hay un largo camino por recorrer para que más mujeres ocupen posiciones de liderazgo. «No vemos efectivamente muchas mujeres, no sabemos si en todos los partidos inscritos hay mujeres valiosas y de repente surge una gran lideresa», reflexiona.
Finalmente, Flores hace un llamado a recuperar la calidad de la política en el Perú, enfatizando que es fundamental construir un Estado que inspire confianza y que esté libre de corrupción y crimen organizado. «La tarea de reconstrucción del Perú es enorme y, por lo tanto, quien triunfe en las elecciones del 2026 necesitará mucha fuerza para gobernar», concluye, dejando claro que el futuro del país depende de la capacidad de sus líderes para unir y trabajar en conjunto por el bienestar de la nación.