Recientemente, el Gobierno peruano ha autorizado una significativa transferencia de recursos al Instituto Peruano del Deporte (IPD) para facilitar la extinción del Proyecto Especial Legado, una entidad que ha jugado un papel crucial en la administración de las sedes deportivas de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos de Lima 2019. Esta decisión, reflejada en el Decreto Supremo 037-2025-EF, implica la transferencia de S/ 116.6 millones, destinados a asegurar que las instalaciones deportivas continúen operando de manera eficiente y estén disponibles para el uso de atletas y federaciones deportivas.
La extinción del Proyecto Legado se justifica por la duplicidad de funciones que existía entre esta entidad y el IPD. Desde su creación, el Proyecto Legado se encargó de la gestión de las sedes deportivas, organizando un total de 772 eventos deportivos nacionales y 177 internacionales. Sin embargo, el Gobierno ha considerado que el IPD es la institución más adecuada para asumir estas responsabilidades, dado su enfoque en el desarrollo del deporte en el país.
La transferencia de funciones incluye no solo la administración de las cinco sedes principales de los Juegos Panamericanos, sino también de 28 subsedes y 88 campos deportivos. Además, se contempla la integración de 191 trabajadores bajo contrato CAS y otros 213 que laboran bajo órdenes de servicio, quienes serán fundamentales para la operación continua de estas instalaciones.
El IPD, que ya cuenta con un presupuesto anual de S/ 291.3 millones, verá incrementados sus recursos con esta transferencia, lo que le permitirá gestionar un total de más de S/ 430 millones. Esto es especialmente relevante considerando que el IPD también está a cargo de la organización de los Juegos Panamericanos Lima 2027, un evento que requiere una planificación y ejecución meticulosa para garantizar su éxito.
El Proyecto Especial Legado fue creado en 2015 y, a lo largo de su existencia, ha sido un pilar en la infraestructura deportiva del Perú. Sin embargo, la decisión de su cierre responde a una necesidad de optimizar recursos y evitar la duplicación de esfuerzos en la gestión deportiva. La eliminación de esta entidad busca consolidar la administración deportiva bajo un solo organismo, lo que podría resultar en una mayor eficiencia y efectividad en la gestión de recursos.
La transferencia de estas instalaciones al IPD no solo representa un cambio administrativo, sino que también tiene implicaciones para el futuro del deporte en Perú. Con la infraestructura adecuada y el financiamiento necesario, se espera que el IPD pueda fomentar un entorno más propicio para el desarrollo de atletas de alto rendimiento y para la promoción de eventos deportivos a nivel nacional e internacional.
Además, el IPD tiene la responsabilidad de garantizar que estas instalaciones sean accesibles para la población en general, lo que podría incentivar la práctica del deporte entre los ciudadanos y contribuir a un estilo de vida más saludable. La integración de las instalaciones deportivas en la comunidad es un paso crucial para fomentar el deporte desde una edad temprana y para cultivar el talento local.
En resumen, la transferencia del Proyecto Legado al IPD marca un hito en la gestión deportiva del Perú. Con un enfoque renovado y recursos ampliados, el IPD está en una posición favorable para liderar el desarrollo del deporte en el país, asegurando que las instalaciones construidas para los Juegos Panamericanos continúen beneficiando a las futuras generaciones de atletas y a la comunidad en general.