El expresidente Pedro Castillo ha sido trasladado nuevamente al penal de Barbadillo en Ate, donde se encuentra en condición estable, según un informe del Instituto Nacional Penitenciario (INPE). Este regreso se produce tras una evaluación médica que se llevó a cabo después de que Castillo fuera trasladado al hospital debido a una descompensación en su estado de salud. El INPE comunicó a través de su cuenta oficial en redes sociales que el interno se encuentra hemodinámicamente estable y sin signos de deshidratación, lo que permitió que el juicio en su contra continúe sin interrupciones.
La situación de salud de Castillo ha sido objeto de atención mediática y política, especialmente debido a su decisión de realizar una huelga de hambre, lo que ha generado preocupación sobre su bienestar. Durante su estancia en el hospital, los médicos que lo atendieron identificaron un «trastorno sensorial de etimología a determinar», lo que llevó a la necesidad de descartar cualquier problema relacionado con la deshidratación. A pesar de estos problemas, el informe médico final indicó que no había signos de deshidratación, lo que permitió que el Poder Judicial decidiera continuar con el juicio.
En el contexto del juicio, se han presentado varias declaraciones de testigos y acusados. En la cuarta sesión, el general PNP Manuel Lozada, quien era jefe de la Región Policial Lima el día del golpe de Estado, declaró como acusado. También testificó el general PNP (r) Vicente Álvarez Moreno, quien fue jefe del Estado Mayor de la PNP en ese momento. Por su parte, el exministro Willy Huerta optó por no declarar en esta etapa del juicio, reservando su testimonio para más adelante, cuando se evalúen todas las pruebas.
El juicio oral contra Castillo, que se centra en su presunta participación en un intento de golpe de Estado, ha sido un tema candente en la política peruana. La situación del expresidente ha generado divisiones en la opinión pública, con algunos sectores apoyándolo y otros pidiendo justicia por los hechos ocurridos durante su mandato. La continuidad del juicio es un aspecto crucial, ya que podría tener implicaciones significativas para el futuro político de Castillo y su partido.
El INPE ha reiterado su compromiso de garantizar la salud y el bienestar de todos los internos, incluyendo a Pedro Castillo, y ha enfatizado que se están tomando las medidas necesarias para atender cualquier problema de salud que pueda surgir. A medida que el juicio avanza, la atención se centrará no solo en las declaraciones y pruebas presentadas, sino también en el estado de salud del exmandatario y cómo esto podría influir en el desarrollo del proceso judicial.
La situación de Castillo es un recordatorio de las tensiones políticas que aún persisten en Perú, donde la polarización y el debate sobre la legitimidad de las acciones del gobierno anterior continúan siendo temas de discusión. La evolución de este caso y su impacto en la política peruana seguirán siendo observados de cerca por analistas y ciudadanos por igual.