La situación financiera de Telefónica del Perú ha sido objeto de atención reciente debido a la Resolución de Ejecución Coactiva emitida por la SUNAT, que se relaciona con el Impuesto a la Renta correspondiente al periodo 2000-2001. Este hecho ha llevado a la empresa a aclarar su posición y a detallar su estrategia para enfrentar esta situación a través de un Procedimiento Concursal Ordinario (PCO).
La controversia con la administración tributaria ha sido prolongada, extendiéndose por más de 20 años. Durante este tiempo, Telefónica ha realizado pagos significativos, superando los S/1.600 millones entre 2023 y 2024, en un esfuerzo por resolver las obligaciones fiscales que han surgido de esta disputa. A pesar de la magnitud de la deuda, la empresa ha asegurado que no representa un riesgo inmediato para su sostenibilidad financiera.
En su comunicado, Telefónica enfatizó que el monto de la deuda exigible está debidamente registrado en sus estados financieros auditados de 2024. Esto indica que la empresa ha mantenido una transparencia en su contabilidad y ha estado preparada para enfrentar las exigencias de la SUNAT. La compañía también ha manifestado su confianza en que tanto la SUNAT como los acreedores reconocerán que la reestructuración financiera es la mejor alternativa para asegurar la continuidad de sus operaciones.
El PCO es un mecanismo que permite a las empresas en dificultades financieras reestructurar sus deudas y obligaciones. En este contexto, Telefónica ha priorizado la prestación de servicios a más de 13 millones de clientes en diversas regiones del país, tanto urbanas como rurales. Para garantizar la continuidad de estos servicios, la casa matriz de Telefónica Hispanoamérica ha proporcionado una línea de crédito destinada exclusivamente a cubrir las necesidades operativas de caja, asegurando así que la empresa pueda seguir operando mientras se lleva a cabo el proceso de reestructuración.
La empresa ha subrayado que este financiamiento no se destinará al pago de deudas fiscales o financieras, sino que se enfocará en mantener la operatividad y la calidad del servicio que ofrecen a sus usuarios. Este enfoque es crucial, ya que la satisfacción del cliente y la calidad del servicio son fundamentales para la reputación y la viabilidad a largo plazo de la empresa.
Además, Telefónica ha manifestado su compromiso con la reestructuración de sus obligaciones financieras y aquellas derivadas de contingencias. Este proceso no solo busca resolver la situación actual, sino también establecer un camino claro hacia la estabilidad financiera futura. La empresa confía en que, a través de la colaboración con SUNAT y otros acreedores, se podrán fijar condiciones de pago que sean viables y que se alineen con la generación futura de flujos de caja.
Es importante destacar que la situación de Telefónica no es única en el sector de telecomunicaciones, donde muchas empresas enfrentan desafíos similares debido a cambios en el mercado, competencia creciente y la necesidad de invertir en nuevas tecnologías. La capacidad de una empresa para adaptarse a estos cambios y gestionar sus finanzas de manera efectiva es crucial para su éxito a largo plazo.
En resumen, Telefónica del Perú se encuentra en un proceso de reestructuración financiera que busca no solo resolver sus obligaciones fiscales, sino también asegurar la continuidad de sus operaciones y la satisfacción de sus clientes. A medida que avanza este proceso, será fundamental observar cómo la empresa maneja sus relaciones con los acreedores y la SUNAT, así como su capacidad para adaptarse a un entorno empresarial en constante cambio.