El reciente clásico del fútbol peruano entre Alianza Lima y Universitario de Deportes, disputado el pasado sábado, ha generado un intenso debate sobre las decisiones arbitrales tomadas durante el encuentro. Este partido, correspondiente a la séptima fecha del Torneo Apertura de la Liga 1 2025, terminó en un empate 1-1, pero no sin dejar un rastro de controversias que han sido objeto de análisis por expertos en arbitraje.
La actuación del árbitro principal, Daniel Ureta, ha sido cuestionada por diversas decisiones que, según analistas, podrían haber influido en el desarrollo del juego. Miguel Scime, exárbitro argentino y actual director del Instituto de Árbitros de Fútbol (IAF), ha ofrecido su perspectiva sobre las jugadas más polémicas, señalando que la intensidad del partido exigió una concentración máxima del cuerpo arbitral.
Desde el inicio del encuentro, se presentaron situaciones que generaron dudas sobre la correcta aplicación de las reglas. Una de las jugadas más discutidas fue el codazo de Paolo Guerrero a Williams Riveros, que ocurrió a los dos minutos de juego. En esta acción, Guerrero impactó con su codo el rostro del defensor de Universitario, lo que llevó a los jugadores de Alianza Lima a solicitar la expulsión del delantero. Sin embargo, Ureta optó por mostrarle solo una tarjeta amarilla, decisión que fue criticada por Scime, quien argumentó que el árbitro debió sancionar con tarjeta roja debido a la gravedad de la acción.
Scime enfatizó que el VAR debió intervenir en esta jugada, sugiriendo que la revisión desde diferentes ángulos podría haber llevado a una corrección de la decisión inicial. La falta de intervención del VAR en este caso fue vista como un error colectivo, tanto del árbitro en el campo como del equipo de VAR, que no actuó con la contundencia necesaria.
Otro momento clave del partido fue la expulsión de Pablo Lavandeira, jugador de Alianza Lima, a los 16 minutos. En esta ocasión, Lavandeira pisó a su rival, Jorge Murrugarra, lo que inicialmente fue sancionado con una tarjeta amarilla. Sin embargo, tras una revisión en el VAR, Ureta cambió su decisión y mostró la tarjeta roja. Scime destacó que, aunque la decisión final fue correcta, la falta de lectura inicial por parte del árbitro fue preocupante, dado que se encontraba en una posición óptima para observar la jugada.
La actuación de Ureta y su equipo de árbitros ha suscitado críticas no solo por las decisiones tomadas, sino también por la falta de consistencia en la aplicación de las reglas. La presión que enfrentan los árbitros en partidos de alta intensidad como este clásico puede influir en su desempeño, pero es fundamental que mantengan un estándar elevado en la toma de decisiones.
El análisis de Scime pone de relieve la importancia de la formación continua para los árbitros, así como la necesidad de un sistema VAR que funcione de manera efectiva. La tecnología debe ser una herramienta que complemente la labor del árbitro, asegurando que las decisiones tomadas en el campo sean las más justas posibles.
El clásico entre Alianza Lima y Universitario es solo un ejemplo de los desafíos que enfrentan los árbitros en el fútbol moderno. La presión de los aficionados, la intensidad del juego y la atención mediática pueden complicar aún más la tarea de impartir justicia en el campo. Sin embargo, es esencial que los árbitros se mantengan firmes en su compromiso de aplicar las reglas de manera justa y equitativa, independientemente de las circunstancias.
A medida que avanza la Liga 1, será interesante observar cómo se desarrollan las actuaciones arbitrales y si se implementan mejoras en el uso del VAR. La transparencia y la rendición de cuentas en el arbitraje son cruciales para mantener la integridad del deporte y la confianza de los aficionados en el sistema.