La Comisión de Ética del Congreso ha tomado la decisión de archivar la denuncia presentada contra el congresista Pasión Dávila Atanacio, quien había sido acusado de recortar el sueldo de su exasesor principal, Víctor Espinoza. Este hecho ocurrió el pasado lunes 10 de marzo, cuando la Comisión se reunió para evaluar el informe de calificación que declaraba procedente la denuncia. La votación resultó en 3 votos a favor del informe, 5 en contra y 1 abstención, lo que llevó a la desestimación del caso.
Durante la sesión, Dávila defendió su posición, argumentando que las acusaciones carecían de sustento probatorio. Afirmó que el exasesor no había presentado documentación que respaldara su denuncia en un periodo de cinco meses, lo que, según él, demostraba la falta de veracidad de las acusaciones. Dávila insistió en que todo era falso y que no había cometido ninguna irregularidad.
El caso se remonta a octubre de 2024, cuando Víctor Carlos Espinoza acusó a Dávila de haber recortado los bonos de su sueldo mensual. Según Espinoza, el congresista le había solicitado un “apoyo económico” argumentando que tenía muchos gastos. El exasesor relató que Dávila le pidió que le ayudara con parte de su sueldo, lo que generó la denuncia que ahora ha sido archivada.
Los miembros de la Comisión que votaron en contra del informe final fueron Kelly Portalatino de Perú Libre, Margot Palacios, Kira Alcarraz de Podemos Perú, Jorge Marticorena de Alianza Para el Progreso y Lidia Heidinger Ballesteros de APP. Por su parte, Taipe Coronado, también de Perú Libre, optó por la abstención. Esta decisión ha generado reacciones en el ámbito político, donde se cuestiona la transparencia y la ética de los congresistas en el manejo de sus funciones.
El archivo de esta denuncia se suma a otros casos recientes en los que la Comisión de Ética ha sido objeto de críticas por su manejo de denuncias contra parlamentarios. En ocasiones anteriores, se han dado situaciones similares donde se han desestimado denuncias por falta de pruebas o por decisiones que parecen favorecer a los congresistas involucrados.
El caso de Pasión Dávila no es aislado, ya que el Congreso ha enfrentado una serie de acusaciones y denuncias que han puesto en tela de juicio la integridad de sus miembros. La percepción pública sobre la ética en el Congreso se ha visto afectada, y muchos ciudadanos exigen mayor responsabilidad y transparencia en las acciones de sus representantes.
La Comisión de Ética, encargada de velar por la conducta de los parlamentarios, ha sido criticada por su aparente falta de acción en casos que involucran a miembros de diversas bancadas. Esto ha llevado a un debate sobre la necesidad de reformar los mecanismos de control interno del Congreso para garantizar que se tomen decisiones justas y equitativas en el tratamiento de denuncias.
En un contexto donde la confianza en las instituciones es fundamental, el archivo de la denuncia contra Dávila podría tener repercusiones en la percepción pública sobre el Congreso y su capacidad para manejar casos de corrupción y falta de ética. La situación actual plantea interrogantes sobre cómo se abordarán futuras denuncias y si se implementarán cambios en la forma en que se llevan a cabo las investigaciones dentro del Congreso.
A medida que se desarrollan estos acontecimientos, será crucial observar cómo reaccionan tanto los ciudadanos como los propios miembros del Congreso ante la decisión de archivar la denuncia. La presión pública y la demanda de rendición de cuentas podrían influir en la forma en que se manejan estos casos en el futuro, así como en la necesidad de establecer mecanismos más robustos para garantizar la ética y la transparencia en la política peruana.