El reciente encuentro entre Universitario de Deportes y Alianza Lima ha dejado una estela de polémica, especialmente en torno a la figura del entrenador de la ‘U’, Fabián Bustos. Tras el empate agónico de su equipo, que se produjo gracias a un gol de José Rivera, Bustos se convirtió en el centro de atención no solo por su celebración, sino también por sus constantes reclamos hacia los árbitros durante el partido.
La reacción de Bustos al empate fue intensa, lo que provocó la crítica de varios comentaristas, entre ellos el relator de L1MAX, Peter Arévalo. En su programa Madrugol, Arévalo no escatimó en palabras al referirse al técnico, a quien calificó de «llorón» por sus continuas quejas. Según Arévalo, esta actitud no solo afecta la dinámica del juego, sino que también condiciona a los árbitros, impidiendo que estos puedan desempeñar su labor de manera adecuada.
Arévalo expresó su frustración al afirmar que nunca había visto a un técnico que se quejara tanto como Bustos. «Acá me dicen llorón. Llorón es Bustos, viejo», comentó, enfatizando que el entrenador de Universitario parece más un comentarista que un director técnico durante los partidos. Esta crítica se intensificó cuando Arévalo sugirió que Bustos debería dejar de dirigir y dedicarse a comentar, dado que su comportamiento en el banquillo lo convierte en un obstáculo para el arbitraje.
El relator también cuestionó la forma en que Bustos se dirigió a la prensa tras el partido, sugiriendo que su declaración sobre los insultos que recibe y su derecho a celebrar el gol era innecesaria. «Escuchen los partidos. El tipo tiene un privilegio: micro en vivo, no hay necesidad de escuchar a Bustos en conferencia de prensa», añadió Arévalo, sugiriendo que la audiencia debería escuchar sus quejas en tiempo real en lugar de en una conferencia posterior.
La controversia no se limitó a las palabras de Arévalo. Muchos aficionados y analistas del fútbol peruano también han comenzado a cuestionar la actitud de Bustos, quien ha sido visto como un personaje polarizador en la Liga 1. Su estilo de dirección, que incluye constantes reclamos y gesticulaciones, ha generado tanto apoyo como críticas, dividiendo a los seguidores del fútbol en Perú.
En el partido en cuestión, Universitario logró empatar a uno en el último minuto, lo que desató una celebración efusiva por parte de Bustos. Sin embargo, esta celebración fue vista por algunos como inapropiada, considerando el contexto del partido y la tensión entre ambos equipos. La situación se complicó aún más cuando se recordó que Universitario había estado en desventaja numérica tras la expulsión de uno de sus jugadores, lo que hizo que el empate fuera aún más significativo.
La crítica de Arévalo también se centró en la influencia que los entrenadores pueden tener sobre los árbitros. En su opinión, Bustos ha logrado crear un ambiente donde los árbitros se sienten presionados, lo que podría afectar sus decisiones durante el juego. «Nunca vi un técnico que condicione tanto a los árbitros como lo es Bustos», afirmó, sugiriendo que esta tendencia podría tener repercusiones negativas para el fútbol peruano en general.
A pesar de las críticas, Bustos ha defendido su estilo de dirección, argumentando que su pasión por el juego y su deseo de proteger a su equipo son las razones detrás de su comportamiento. Sin embargo, la pregunta que queda en el aire es si esta forma de actuar es realmente beneficiosa para su equipo y para el desarrollo del fútbol en Perú.
La controversia en torno a Bustos y sus interacciones con los árbitros y la prensa es un reflejo de un problema más amplio en el deporte, donde la presión y la emoción pueden llevar a situaciones tensas y a reacciones desmedidas. A medida que la Liga 1 avanza, será interesante observar cómo se desarrollan estas dinámicas y si Bustos podrá ajustar su enfoque para evitar más críticas en el futuro.