El reciente clásico entre Universitario de Deportes y Alianza Lima, disputado en el estadio Alejandro Villanueva, dejó un sabor agridulce para los aficionados y un mar de polémicas en el ambiente futbolístico peruano. El encuentro, correspondiente al Torneo Apertura 2025, culminó en un empate 1-1, pero lo que realmente acaparó la atención fue la celebración del director técnico de Universitario, Fabián Bustos, tras el gol del empate agónico anotado por José Rivera en el tiempo de descuento.
La celebración de Bustos fue intensa y provocadora, lo que generó una reacción inmediata en las gradas y en el campo de juego. El entrenador argentino, visiblemente emocionado, no dudó en expresar su alegría de una manera que muchos consideraron desafiante. Este gesto no pasó desapercibido y desató una serie de críticas, tanto de la prensa como de los aficionados, quienes lo acusaron de falta de respeto hacia el rival y el público presente.
La situación se tornó más tensa cuando Bustos, en declaraciones posteriores al partido, defendió su actitud. Aseguró que su celebración era una respuesta a los constantes insultos y agresiones que había recibido durante el encuentro, incluyendo botellazos y cánticos xenófobos. «Recibí un montón de insultos, es un festejo de fútbol normal, sin faltar el respeto ni insultar como si me insultan a mí», declaró Bustos, enfatizando que su reacción fue un acto de defensa ante la hostilidad que sintió en el estadio.
La expulsión de Pablo Lavandeira, jugador de Alianza Lima, a favor de Universitario, no fue suficiente para que el equipo visitante impusiera su juego. A pesar de tener un hombre más en el campo, Universitario luchó por mantener el control del partido, pero se encontró con un Alianza Lima bien organizado que complicó sus intentos de ataque. El gol de Rivera llegó en un momento crítico, lo que desató la explosión de emociones en el banquillo de Universitario.
Bustos, tras el partido, también hizo un análisis del rendimiento de su equipo, reconociendo que no fue su mejor actuación. A pesar de la autocrítica, valoró el punto obtenido en un clásico, destacando la importancia de no perder en este tipo de encuentros. «Los clásicos no son partidos comunes, no son igual a cualquiera y obviamente hay autocrítica y cosas por corregir y mejorar», comentó el entrenador, quien también mencionó que su equipo debe trabajar en su rendimiento para afrontar los próximos desafíos.
La polémica no solo se limitó a la celebración de Bustos. Otros personajes del fútbol peruano, como el relator Peter Arévalo, criticaron al entrenador por sus constantes reclamos hacia los árbitros, sugiriendo que su actitud podría influir en las decisiones arbitrales. Arévalo lo calificó de «llorón», argumentando que su enfoque podría desviar la atención de la dirección del equipo hacia la queja constante.
El empate en el clásico dejó a Universitario en una posición complicada en la tabla del Torneo Apertura 2025. Aunque el equipo se mantiene invicto, la distancia con los líderes, FBC Melgar y Real Garcilaso, comienza a ampliarse. La presión sobre Bustos aumenta, y la necesidad de mejorar el rendimiento del equipo se vuelve cada vez más urgente.
En el contexto de la competencia, el próximo encuentro será crucial para Universitario, que deberá demostrar que puede superar las adversidades y mantener su lugar en la parte alta de la tabla. La autocrítica y la capacidad de adaptación serán claves para que el equipo logre sus objetivos en el torneo.
La controversia generada por la celebración de Bustos y las críticas hacia su estilo de dirección reflejan la intensa rivalidad que existe en el fútbol peruano. Cada clásico no solo es un partido, sino un evento que despierta pasiones y emociones, y que a menudo se convierte en un escenario de tensiones y polémicas que trascienden el campo de juego.