El pasado 5 de abril, el clásico peruano entre Universitario de Deportes y Alianza Lima terminó en un empate 1-1, pero lo que realmente ha capturado la atención de los aficionados y medios de comunicación son las controversias que surgieron tras el partido. Este encuentro, correspondiente a la séptima jornada del Torneo Apertura de la Liga 1 2025, se disputó en el estadio Alejandro Villanueva, donde ambos equipos mostraron un gran nivel de competitividad.
La polémica comenzó cuando Alianza Lima, tras el partido, presentó una denuncia contra Universitario, alegando que el comportamiento del técnico Fabián Bustos había incitado a la violencia entre los hinchas. Esta acusación se basa en la celebración del entrenador, quien, tras el gol del empate anotado por José Rivera en el tiempo de descuento, hizo un gesto que fue interpretado como provocativo hacia los seguidores del equipo rival.
Por su parte, Universitario no se quedó callado y, a través de su administración liderada por Jean Ferrari, solicitó a la Federación Peruana de Fútbol (FPF) que impusiera sanciones severas a Alianza Lima. Entre las medidas solicitadas se encuentra el cierre del estadio Matute, donde se llevó a cabo el partido, debido a los insultos y el lanzamiento de objetos hacia el cuerpo técnico de Universitario, así como un castigo para Kevin Quevedo, quien realizó un gesto obsceno durante su celebración tras anotar el primer gol del encuentro.
La situación se intensificó cuando se reveló que Universitario había presentado su escrito ante la FPF en un plazo de 48 horas después del partido, exigiendo que se tomen medidas drásticas contra su rival. El periodista César Vivar, en su programa de YouTube ‘Doble Punta’, fue quien dio a conocer esta información, destacando que la respuesta de Universitario era inminente y que se basaba en el informe arbitral que documentó los incidentes ocurridos durante el partido.
La celebración de Kevin Quevedo, quien anotó el primer gol para Alianza Lima, fue un punto de inflexión en el partido. Tras marcar, el jugador hizo un gesto de una ‘U’ invertida con sus manos, lo que fue considerado por muchos como una provocación hacia los hinchas de Universitario. Este acto, sumado a la respuesta de Bustos al recibir insultos y objetos lanzados desde la tribuna, ha llevado a ambos clubes a un enfrentamiento legal y deportivo que podría tener repercusiones significativas en el futuro.
El técnico Fabián Bustos defendió su comportamiento, argumentando que su celebración fue simplemente una reacción a la intensa atmósfera del partido y que no tenía la intención de ofender a nadie. Bustos mencionó que había recibido insultos y botellas desde la tribuna, lo que complicó aún más la situación. En su defensa, el entrenador enfatizó que su celebración no fue más que una expresión de alegría por el gol de su equipo y que no había cruzado la línea del respeto.
La historia de sanciones en el estadio de Alianza Lima no es nueva. En noviembre de 2023, el coloso de La Victoria ya había sido cerrado durante siete meses debido a un apagón que ocurrió en la final entre ambos equipos. Este antecedente añade un contexto más amplio a la actual situación, ya que cualquier sanción adicional podría tener un impacto significativo en la afición y en la logística de los partidos futuros.
La tensión entre Universitario y Alianza Lima ha alcanzado niveles altos, y la respuesta de la FPF será crucial para determinar el rumbo de esta controversia. Los aficionados de ambos equipos están a la expectativa de cómo se desarrollarán los acontecimientos y qué medidas se tomarán en respuesta a las denuncias presentadas. La rivalidad entre estos dos gigantes del fútbol peruano siempre ha estado marcada por la pasión y la emoción, pero ahora se encuentra en un punto crítico que podría definir el futuro de ambos clubes en la Liga 1.