La congresista Kelly Portalatino ha hecho un llamado de atención sobre la creciente problemática de la extorsión en el Perú, tras denunciar que su hermano ha sido víctima de amenazas y extorsiones. En declaraciones recientes, Portalatino reveló que su familiar ha recibido mensajes intimidantes, incluyendo imágenes de armas, lo que refleja una alarmante situación de inseguridad que afecta no solo a políticos, sino también a empresarios y ciudadanos comunes.
La legisladora, quien ha sido vocal en su denuncia, expresó su preocupación por la falta de efectividad en los operativos policiales destinados a capturar a los delincuentes. En un operativo reciente en Chimbote, el presunto extorsionador logró evadir a la Policía Nacional del Perú (PNP), lo que llevó a Portalatino a cuestionar la capacidad de la institución para manejar situaciones de esta índole. «Se burló de la PNP. Eso es inadmisible. Falta capacidad en nuestro cuerpo policial», afirmó.
La situación se complica aún más al considerar que, a pesar de que la Policía ha identificado al sospechoso, no ha logrado localizarlo. Portalatino enfatizó que la falta de recursos y la ineficiencia en la inteligencia policial son factores que agravan el problema. «Para eso existe inteligencia y contrainteligencia», subrayó, sugiriendo que la PNP debería estar mejor equipada para enfrentar este tipo de delitos.
En el contexto de su denuncia, la congresista también hizo hincapié en la necesidad de que se destinen más recursos a la seguridad ciudadana en las provincias. A pesar de que se han asignado presupuestos significativos para fortalecer la seguridad, Portalatino cuestionó la efectividad de estos fondos. «Hay presupuesto, hay 81 millones que se han designado para este año fiscal para fortalecer la seguridad ciudadana, hay 89 millones para inteligencia. Entonces, ¿de qué estamos hablando?», se preguntó.
La denuncia de Portalatino no es un caso aislado. Recientemente, la congresista Cheryl Trigoso, de Renovación Popular, también reportó haber recibido amenazas de extorsión, en las que se le exigió el pago de S/5,000 para proteger a su familia y a su agrupación musical. Este patrón de amenazas y extorsiones ha comenzado a generar un clima de miedo entre los políticos y ciudadanos, lo que pone en evidencia la urgencia de abordar la inseguridad en el país.
La situación de inseguridad en el Perú ha sido un tema recurrente en los últimos años, con un aumento notable en los delitos de extorsión y amenazas. La falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades ha llevado a muchos a cuestionar la capacidad del gobierno para garantizar la seguridad de sus ciudadanos. La percepción de que la delincuencia está ganando terreno ha generado un clima de desconfianza hacia las instituciones encargadas de proteger a la población.
Las denuncias de extorsión y amenazas no solo afectan a los políticos, sino que también impactan a empresarios y emprendedores que, al igual que los funcionarios, se ven obligados a lidiar con la presión de los delincuentes. La inseguridad se ha convertido en un obstáculo para el desarrollo económico y social del país, lo que hace necesario un enfoque integral que aborde tanto la prevención como la persecución de estos delitos.
En este contexto, es fundamental que las autoridades tomen medidas efectivas para combatir la extorsión y mejorar la seguridad en el país. Esto incluye no solo aumentar los recursos destinados a la PNP, sino también implementar estrategias que fortalezcan la inteligencia policial y la colaboración entre diferentes instituciones. La participación de la comunidad en la denuncia de delitos y la promoción de una cultura de seguridad también son aspectos clave para enfrentar esta problemática.
La situación actual exige un compromiso real por parte del gobierno y las autoridades para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos. La lucha contra la extorsión y la delincuencia debe ser una prioridad, no solo para proteger a los políticos y empresarios, sino para asegurar un entorno seguro y propicio para el desarrollo de la sociedad en su conjunto.