La situación del empleo juvenil en Perú ha mostrado una tendencia preocupante en los últimos años. Según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el número de trabajadores jóvenes, es decir, aquellos de entre 15 y 29 años, ha disminuido de manera constante desde 2021. Este fenómeno ha llevado a que más de 160,000 jóvenes se encuentren fuera del mercado laboral, lo que representa un retroceso del 4% en este grupo demográfico entre 2019 y 2024.
El aumento en el número de jóvenes que no estudian ni trabajan, conocidos como «ninis», es alarmante. Entre 2019 y 2023, se registró un incremento de 193,000 en esta categoría, afectando principalmente a los jóvenes de los sectores socioeconómicos D y E, los más vulnerables. Regiones como Cajamarca, Arequipa y Puno han visto que uno de cada cinco jóvenes se encuentra en esta situación, lo que plantea serias preocupaciones sobre el futuro de la juventud en el país.
La disminución en la participación laboral de los jóvenes se debe a varios factores. Uno de los más significativos es la dificultad para encontrar empleo. Entre 2021 y 2023, aproximadamente cuatro de cada diez jóvenes en Lima indicaron que no buscaban trabajo debido a la falta de oportunidades o a la falta de experiencia. Las empresas han cambiado su enfoque, prefiriendo contratar a trabajadores de mayor edad, lo que ha reducido la demanda de jóvenes en el mercado laboral. De hecho, la Encuesta de Demanda Ocupacional 2025 revela que la demanda formal por trabajadores de 30 años o más es cuatro veces mayor que la de aquellos de 18 a 29 años.
Esta tendencia ha llevado a muchos jóvenes a buscar oportunidades en el extranjero. Entre 2017 y 2024, el número de peruanos que estudian en Estados Unidos creció un 72%, superando el aumento de otros países de la región como Argentina y Brasil. Esta búsqueda de oportunidades fuera del país refleja la desesperación de muchos jóvenes por encontrar un futuro mejor.
Los problemas económicos en las familias también han contribuido a la situación de los ninis. Tras la pandemia, el 29% de los jóvenes que no estudian ni trabajan mencionaron que no podían continuar sus estudios debido a problemas económicos en el hogar. Este porcentaje ha aumentado en comparación con el promedio de 2014-2019. Además, el 30% de los ninis vive en hogares cuya situación económica ha empeorado en el último año, lo que duplica el promedio prepandemia.
La falta de oportunidades educativas y laborales tiene consecuencias a largo plazo. Se estima que cada año adicional de educación superior técnica o universitaria puede aumentar los ingresos de un trabajador en un 13% y 17%, respectivamente. Asimismo, cada año de experiencia laboral incrementa el salario en casi un 1%. Por lo tanto, reintegrar a los jóvenes al mercado laboral y a una educación de calidad es crucial para su futuro y el desarrollo del país.
Ante esta situación, es imperativo que el Ejecutivo y el Congreso trabajen en políticas que aborden las causas del menor empleo juvenil. Es necesario impulsar la inversión que garantice empleos de calidad y facilitar la incorporación de los jóvenes al mercado laboral, en lugar de complicar y encarecer su contratación. La creación de programas que fomenten la capacitación y el acceso a oficios para la población nini es fundamental para revertir esta tendencia.
La situación del empleo juvenil en Perú es un reflejo de desafíos más amplios que enfrenta el país en términos de desarrollo económico y social. La falta de oportunidades para los jóvenes no solo afecta su futuro, sino que también tiene implicaciones para el crecimiento y la estabilidad del país en su conjunto. Por lo tanto, es esencial que se tomen medidas urgentes y efectivas para abordar esta crisis y asegurar un futuro más prometedor para la juventud peruana.