El Banco Mundial ha presentado un estudio que revela que Perú podría tardar hasta 64 años en alcanzar el estatus de país de ingresos altos, a menos que se implementen reformas estructurales significativas. Este análisis, titulado ‘Perú: aprovechando las oportunidades para el crecimiento y la prosperidad’, destaca la necesidad de cambios profundos en la economía peruana para acelerar su desarrollo.
El economista senior del Banco Mundial, Bledi Celiku, quien coautora del estudio, explicó que si el país sigue el camino actual, el progreso será lento. Sin embargo, si se adoptan reformas adecuadas, este tiempo podría reducirse a aproximadamente 20 años. Durante el periodo de 2002 a 2013, Perú experimentó un crecimiento promedio del 6.1%, superando la media de América Latina y el Caribe, que fue del 3.4%. Este crecimiento fue impulsado por reformas macroeconómicas y estructurales implementadas en la década de 1990, que incluyeron la privatización de empresas estatales y la adopción de tratados comerciales.
A pesar de estos logros, el crecimiento económico se ha desacelerado notablemente, cayendo a un promedio del 3% entre 2014 y 2019, y a solo 1.2% entre 2020 y 2023. Esta desaceleración ha estado acompañada de una caída en los precios internacionales de los metales y una creciente inestabilidad política. El Banco Mundial subraya que el país tiene un gran potencial para mejorar su crecimiento económico, siempre que se implementen reformas que aumenten la productividad y la eficiencia en el sector público.
Uno de los puntos críticos que se menciona en el estudio es la estructura del mercado laboral. Actualmente, el 90% de las empresas formales en Perú tienen menos de cinco trabajadores, y solo el 1% cuenta con más de 100. Esto indica una falta de escalabilidad en las empresas, lo que limita el crecimiento económico. Para abordar esta situación, se sugiere la eliminación de barreras que obstaculizan el desarrollo empresarial y la creación de un entorno que favorezca la formalización y el crecimiento de empresas productivas.
Además, Tanja Goodwin, otra economista senior del Banco Mundial, enfatiza la importancia de la movilidad laboral. Esto implica que los trabajadores más productivos deben tener la oportunidad de cambiar de puestos para maximizar su potencial. También se destaca la necesidad de que las empresas en regiones fuera de Lima tengan las mismas oportunidades que aquellas en la capital.
El estudio sugiere que, si se implementan reformas ambiciosas, el crecimiento anual promedio podría aumentar entre 2% y 2.5% más en comparación con el promedio de la última década, que fue del 2.4%. Asimismo, el aprovechamiento de la transición energética y la creación de condiciones favorables para atraer inversiones en el sector minero podrían elevar el crecimiento económico promedio a un 5%.
En cuanto a la gestión fiscal, el Perú ha incumplido la regla de tope de déficit fiscal durante dos años consecutivos. A pesar de esta situación, Celiku señala que el país sigue siendo uno de los más sólidos en términos de sostenibilidad fiscal en América Latina, gracias a la gestión del Banco Central de Reserva del Perú (BCR). Sin embargo, el estudio advierte sobre el crecimiento de los riesgos fiscales y anticipa que se realizarán nuevas proyecciones macroeconómicas en el futuro.
El informe del Banco Mundial pone de manifiesto que, aunque el Perú ha logrado avances significativos en su economía, aún enfrenta grandes desafíos. La implementación de reformas estructurales es crucial para garantizar un crecimiento sostenible y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. La capacidad de Perú para adaptarse y evolucionar en un entorno económico cambiante será determinante para su futuro.