La inauguración del nuevo aeropuerto Jorge Chávez se aproxima, y con ella, la incertidumbre sobre su apertura programada para el 30 de marzo. Este proyecto ha enfrentado múltiples retrasos, lo que ha generado preocupación tanto en las autoridades como en las aerolíneas que operan en el país. A solo dos semanas de la fecha prevista, el gremio de aerolíneas, Aetai, ha solicitado una definición clara sobre si se llevará a cabo la apertura o si se postergará nuevamente.
El nuevo terminal ha sido objeto de dos aplazamientos anteriores, en diciembre y enero, debido a observaciones sobre su preparación para operar. Lima Airport Partners (LAP), la concesionaria del aeropuerto, ha realizado pruebas operativas que han sido supervisadas por las autoridades competentes. Sin embargo, el Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura (Ositran) llevará a cabo una inspección exhaustiva para determinar si el aeropuerto cumple con los requisitos de seguridad necesarios.
El Ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez-Reyes, ha indicado que se realizará una evaluación de todos los requisitos para garantizar la seguridad del aeropuerto antes de tomar una decisión final. Esta evaluación es crucial, ya que la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) del ministerio será la encargada de emitir un pronunciamiento sobre la apertura del nuevo terminal.
Las aerolíneas han expresado su preocupación por la falta de información clara. Carlos Gutiérrez, gerente general de Aetai, ha señalado que es fundamental contar con una definición rápida para poder planificar la atención a los pasajeros y la programación de vuelos. La incertidumbre actual está afectando la capacidad de las aerolíneas para operar de manera eficiente, ya que no pueden estar en un estado de espera indefinida.
Desde la perspectiva de la industria aérea, la apertura del nuevo aeropuerto es deseada, pero no a expensas de la seguridad. Martín La Rosa, representante de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), ha enfatizado que no se puede abrir un aeropuerto que no esté completamente listo. La seguridad de los pasajeros y la operatividad del aeropuerto son prioridades que deben ser garantizadas antes de cualquier inauguración.
Juan José Salmón, gerente general de LAP, ha afirmado que el aeropuerto ha alcanzado un 99.4% de avance en su construcción, lo que, según él, es suficiente para comenzar a operar. Sin embargo, ha dejado claro que si se detectan problemas de seguridad o si no se obtienen los permisos necesarios, el aeropuerto no abrirá. Este enfoque cauteloso es vital para asegurar que la infraestructura cumpla con todos los estándares requeridos.
Además, el MTC ha realizado cambios en la dirección de una unidad clave que ha estado involucrada en la firma de actas de postergación con LAP. Este cambio ha generado especulaciones sobre el impacto que podría tener en la decisión final sobre la apertura del aeropuerto. La nueva titular de la Dirección General de Programas y Proyectos de Transporte, Tabata Dulce Vivanco Del Castillo, asumirá un papel crucial en este proceso.
La situación actual del nuevo aeropuerto Jorge Chávez es un reflejo de la complejidad que implica la apertura de una infraestructura de tal magnitud. Las autoridades, las aerolíneas y el público en general están a la espera de una decisión que podría cambiar la dinámica del transporte aéreo en el país. La próxima inspección de Ositran y el pronunciamiento del MTC serán determinantes para el futuro inmediato del nuevo terminal y su capacidad para operar de manera segura y eficiente.