La inauguración del nuevo aeropuerto Jorge Chávez se ha convertido en un tema de gran interés y expectativa en Perú, especialmente con la fecha de apertura programada para el 30 de marzo. Sin embargo, esta fecha está sujeta a la evaluación final de las autoridades competentes, quienes han expresado la necesidad de asegurar que la infraestructura esté completamente lista y cumpla con todos los requisitos de seguridad antes de su apertura.
Recientemente, Lima Airport Partners (LAP), la concesionaria del aeropuerto, realizó la última prueba operativa, conocida como ORAT (Operational Readiness and Airport Transfer), que fue supervisada por las entidades correspondientes. Esta prueba es crucial para determinar si el aeropuerto puede operar de manera segura. Sin embargo, el Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura (Ositran) llevará a cabo una inspección detallada para evaluar el estado de las obras y garantizar que todo esté en orden.
El Ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez-Reyes, ha indicado que se realizará una evaluación exhaustiva de todos los requisitos necesarios para la operación del aeropuerto. La decisión final sobre la apertura se tomará en función de los resultados de esta evaluación y del informe que presente Ositran tras su inspección. La incertidumbre sobre la apertura ha generado preocupación entre las aerolíneas, que requieren claridad para poder planificar sus operaciones y atender a los pasajeros de manera adecuada.
Carlos Gutiérrez, gerente general de la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional (Aetai), ha manifestado la necesidad de una definición clara sobre si se postergará o no la apertura del nuevo terminal. La falta de información ha dejado a las aerolíneas en una situación de incertidumbre, lo que dificulta la programación de vuelos y la atención a los pasajeros. Gutiérrez ha enfatizado que es fundamental contar con información precisa para poder actuar con tiempo y evitar inconvenientes.
Por su parte, Martín La Rosa, Area Manager de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) para Perú y Bolivia, ha subrayado la importancia de que el aeropuerto no abra sus puertas hasta que esté completamente listo. La seguridad debe ser la prioridad, y no se puede comprometer la integridad de las operaciones aéreas por la presión de abrir en una fecha específica.
Juan José Salmón, gerente general de LAP, ha asegurado que el aeropuerto cuenta con un avance del 99.4% en su construcción, lo que permitiría su funcionamiento, aunque no se alcance el 100% de operatividad. Sin embargo, ha dejado claro que si se detectan problemas de seguridad o si no se obtienen los permisos necesarios, como el de la planta de combustible, no se procederá con la apertura. LAP está trabajando en conjunto con Osinergmin para resolver estas observaciones y espera que se puedan levantar antes de la fecha programada.
La situación se complica aún más con el reciente cambio en la dirección de la Dirección General de Programas y Proyectos de Transporte del MTC, que es la unidad encargada de firmar las actas de postergación con LAP. Este cambio ha generado especulaciones sobre cómo podría afectar la decisión final sobre la apertura del aeropuerto. La nueva titular, Tabata Dulce Vivanco Del Castillo, asumió el cargo en un momento crítico, lo que añade un nivel de incertidumbre a un proceso que ya es complejo.
En resumen, la apertura del nuevo aeropuerto Jorge Chávez está en una encrucijada. Las autoridades deben equilibrar la urgencia de abrir el nuevo terminal con la necesidad de garantizar la seguridad y la operatividad adecuada. La presión de las aerolíneas y la expectativa del público son factores que también juegan un papel importante en la decisión final. A medida que se acerca la fecha de apertura, todos los ojos estarán puestos en las evaluaciones y pronunciamientos de las autoridades competentes, que determinarán el futuro inmediato del transporte aéreo en Perú.