En un contexto donde la corrupción ha sido un tema recurrente en la política peruana, el Equipo Especial de Fiscales Contra la Corrupción del Poder (Eficcop) ha tomado un papel protagónico en la lucha contra este flagelo. Desde su creación en julio de 2022, este equipo ha asumido la responsabilidad de investigar a más de 500 personas, incluyendo a funcionarios de alto rango, por presuntos actos de corrupción. En una reciente conferencia de prensa, se presentó un balance sobre el trabajo realizado hasta la fecha, destacando la complejidad de los casos que manejan.
El Eficcop, que se ha consolidado como parte del subsistema anticorrupción del Ministerio Público, actualmente tiene a su cargo 36 casos complejos. De estos, 21 están en etapa preliminar, 14 en investigación preparatoria y uno en etapa intermedia. Esta estructura permite que el equipo aborde casos emblemáticos que requieren un enfoque meticuloso y exhaustivo, dado que involucran a múltiples investigados y diversas diligencias.
Entre los casos más destacados se encuentran el Caso Puente Tarata, que involucra a 13 investigados y se centra en delitos como cohecho y colusión; el Caso Asesores en la Sombra, que cuenta con 26 investigados y aborda la organización criminal y el tráfico de influencias; y el Caso MarkaGroup, que incluye a 24 investigados por colusión agravada y organización criminal. Estos casos no solo son significativos por el número de personas involucradas, sino también por la magnitud de los delitos que se investigan.
El fiscal coordinador del Eficcop, Mirko Cano Gamero, enfatizó que la complejidad de estos casos requiere el uso de tecnología avanzada, peritajes y la realización de múltiples diligencias para asegurar que se recabe la evidencia necesaria para llevar a cabo un juicio justo. En este sentido, el Eficcop ha realizado 70 allanamientos, 42 detenciones preliminares y ha incautado bienes valorados en millones de soles.
Uno de los casos más avanzados es el de Bruno Pacheco, exsecretario de Palacio de Gobierno durante la administración de Pedro Castillo, que se encuentra en la etapa intermedia. Este caso, que involucra presunto tráfico de influencias, ha sido objeto de atención mediática y pública, dado el perfil del investigado y su cercanía al poder.
El Eficcop también ha enfrentado desafíos significativos, incluyendo la necesidad de reactivar investigaciones que se vieron paralizadas debido a cambios legislativos que afectaron los mecanismos de detención. Sin embargo, Cano aseguró que el equipo ha continuado trabajando para avanzar en sus investigaciones, a pesar de las dificultades.
En cuanto a la percepción pública sobre el trabajo del Eficcop, el portavoz del Ministerio Público, Víctor Cubas, defendió la labor del equipo y rechazó las acusaciones de que las investigaciones son un “show”. Cubas subrayó la importancia de la transparencia y la colaboración de los funcionarios investigados para el esclarecimiento de los hechos. Además, mencionó que la desinformación y la deslegitimación del Ministerio Público son preocupaciones constantes que deben ser abordadas para mantener la integridad de las investigaciones.
El Eficcop no solo se enfrenta a la tarea de investigar casos de corrupción, sino que también debe lidiar con un entorno político y social que a menudo cuestiona su labor. A medida que continúan sus investigaciones, el equipo se mantiene firme en su compromiso de llevar ante la justicia a aquellos que han abusado de su poder y han perjudicado al Estado y a la sociedad peruana.
La lucha contra la corrupción en el Perú es un proceso largo y complicado, pero el trabajo del Eficcop representa un paso importante hacia la rendición de cuentas y la restauración de la confianza en las instituciones. A medida que se desarrollan estos casos, la atención del público y de los medios seguirá siendo crucial para asegurar que se haga justicia y que los responsables enfrenten las consecuencias de sus acciones.