El expresidente Pedro Castillo ha tomado la decisión de iniciar una huelga de hambre como forma de protesta ante el juicio que enfrenta por el delito de rebelión, relacionado con el intento de golpe de Estado que llevó a cabo el 7 de diciembre de 2022. Esta medida ha sido comunicada a través de una carta escrita por él mismo, donde expresa su sentir sobre lo que considera una reclusión injusta por actos que no cometió.
En respuesta a esta situación, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) ha emitido un comunicado oficial en el que informa sobre el inicio de un proceso administrativo disciplinario contra Castillo. Según el INPE, la decisión de no ingerir alimentos se considera una falta grave, conforme a lo estipulado en el artículo 28, numeral 9 del Decreto Supremo N.º 003-2021-JUS, que regula el Código de Ejecución Penal. Como consecuencia, el exmandatario será aislado en el penal de Barbadillo y se suspenderán sus visitas.
El INPE también ha señalado que los resultados de este proceso disciplinario serán comunicados a la opinión pública en su debido momento. Además, se ha realizado una evaluación médica del expresidente, la cual ha indicado que su estado de salud es estable, a pesar de su decisión de no alimentarse.
La situación ha generado una serie de reacciones, tanto en el ámbito político como en el social. La Segunda Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Santa Anita, a cargo de la fiscal provincial Verónica Vásquez Plaza, ha tomado medidas para garantizar la integridad física de Castillo. Personal de la fiscalía se ha trasladado al penal para verificar su estado de salud, tras recibir información de que se había negado a recibir alimentos. También se ha solicitado un informe detallado al director del penal sobre la situación del exmandatario.
La huelga de hambre de Castillo se suma a una serie de acciones que ha tomado desde su detención, donde ha manifestado en diversas ocasiones su descontento con el proceso judicial que enfrenta. Este juicio, que se reanuda este martes, ha atraído la atención de la opinión pública, dado el contexto político que rodea a su administración y las acusaciones que enfrenta.
El expresidente ha sido objeto de críticas y apoyo en igual medida, lo que refleja la polarización política en el país. Mientras algunos sectores lo ven como un líder que lucha contra lo que consideran injusticias, otros lo acusan de haber intentado socavar la democracia peruana con su intento de golpe de Estado.
La situación de Castillo también ha puesto de relieve las condiciones en las que se encuentran los expresidentes en Perú, especialmente aquellos que han enfrentado procesos judiciales por corrupción o abuso de poder. La decisión del INPE de aislar a Castillo y suspender sus visitas ha sido vista por algunos como una medida necesaria para mantener el orden dentro del penal, mientras que otros la interpretan como un intento de silenciar su voz en un momento crítico.
A medida que avanza el juicio, se espera que la situación de Castillo continúe generando debate y controversia en el ámbito político peruano. La huelga de hambre es una estrategia que ha sido utilizada por diversos líderes a lo largo de la historia como una forma de protesta, y su efectividad dependerá de la respuesta del sistema judicial y de la opinión pública.
En este contexto, la atención se centrará no solo en el desarrollo del juicio, sino también en las repercusiones que la huelga de hambre de Castillo tendrá en su salud y en la percepción pública sobre su caso. La situación es un recordatorio de las tensiones políticas que aún persisten en Perú, donde la lucha por el poder y la justicia sigue siendo un tema candente.