La inauguración del nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, prevista para finales de marzo de 2025, ha generado expectativas y preocupaciones en la población y las autoridades. Recientemente, el organismo regulador Ositrán realizó una serie de inspecciones que revelaron un avance del 99.9% en la construcción y equipamiento del terminal. Sin embargo, el 0.1% restante incluye aspectos críticos que aún deben ser subsanados antes de su apertura oficial.
Durante la última semana de marzo, Ositrán verificó toda la infraestructura aeroportuaria y los sistemas instalados. A pesar del alto porcentaje de avance, se identificaron varios puntos que requieren atención. Entre ellos, la integración de los sistemas de aire acondicionado en los puentes fijos del terminal y el funcionamiento de los sistemas de altavoces en las salas de embarque, que no estaban emitiendo señales de alarma, un elemento crucial para la seguridad en caso de evacuación.
Además, se detectó que la pantalla de información de vuelos (FIDS) en la sala de embarque D7 no estaba funcionando correctamente, lo que podría afectar la experiencia de los pasajeros. La falta de integración del sistema de extinción de incendios en varios establecimientos comerciales también fue señalada como un punto pendiente, aunque Ositrán aclaró que la mayoría de estos problemas no son críticos para el inicio de operaciones.
A pesar de que el avance físico es notable, la falta de operatividad del aeropuerto en la fecha pactada ha llevado a Ositrán a intensificar su labor fiscalizadora. La entidad ha enfatizado la importancia de cumplir con los estándares básicos y requisitos técnicos establecidos en el contrato de concesión, lo que implica una supervisión continua hasta que se resuelvan los problemas identificados.
En cuanto a los permisos y licencias necesarios para la operación del aeropuerto, se ha reportado que varios de ellos aún están en proceso de actualización. Esto incluye el Certificado de Operación y Servicios Aeroportuarios, así como licencias de diversas entidades del Estado y privadas. La situación actual plantea interrogantes sobre la capacidad del nuevo aeropuerto para comenzar a operar en el corto plazo, dado que la apertura depende no solo de la finalización de la construcción, sino también de la obtención de todos los permisos necesarios.
El nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez representa una inversión significativa y un avance en la infraestructura del país, con el potencial de mejorar la conectividad y el turismo. Sin embargo, los retrasos y las observaciones pendientes resaltan la necesidad de una gestión eficiente y rigurosa para garantizar que el proyecto cumpla con las expectativas de seguridad y funcionalidad.
La comunidad y los actores involucrados en el sector aéreo están a la espera de noticias sobre la resolución de estos problemas y la nueva fecha de inauguración. La situación actual también ha suscitado un debate sobre la importancia de la planificación y la supervisión en proyectos de gran envergadura, donde cada detalle puede tener un impacto significativo en la operación futura.
En resumen, aunque el avance en la construcción del nuevo aeropuerto es notable, los desafíos que enfrenta en términos de seguridad y permisos son críticos. La atención a estos detalles será fundamental para asegurar que el nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez pueda operar de manera segura y eficiente, cumpliendo con las expectativas de los usuarios y contribuyendo al desarrollo del país.