Las municipalidades de Lima han desembolsado cerca de S/ 290 millones en diversas iniciativas de seguridad ciudadana en los últimos años. Este gasto se ha concentrado principalmente en la compra de equipos de videovigilancia, patrullaje y uniformes para los serenos, lo que refleja una clara tendencia hacia la vigilancia en lugar de la prevención activa de delitos.
En un contexto de creciente inseguridad, los alcaldes de Lima han enfrentado un tercer estado de emergencia en poco más de dos años. Este escenario ha llevado a las municipalidades a priorizar la vigilancia a través de cámaras y sistemas de monitoreo, en lugar de reforzar el patrullaje en las calles. De las 42 municipalidades distritales, 27 han invertido más de S/ 23 millones en uniformes para sus cuerpos de serenazgo, lo que indica un enfoque en la presentación y equipamiento básico de los agentes.
El gasto en uniformes ha superado al de equipos de comunicación y protección personal, como chalecos antibalas y armas no letales. Por ejemplo, San Martín de Porres ha diversificado su inversión en equipos de protección, adquiriendo chalecos antimotín y otros accesorios para sus serenos. Sin embargo, la tendencia general muestra que la mayoría de los distritos están más enfocados en la compra de uniformes que en la adquisición de equipos que realmente protejan a los agentes en situaciones de riesgo.
La alcaldía de Surco destaca por su enfoque en el patrullaje, habiendo conseguido más de 100 unidades móviles a través de un sistema de renting. Este esfuerzo contrasta con el de otros distritos, donde el número de unidades no supera las 40. Además, Surco ha implementado un sistema de videovigilancia que busca no solo disuadir delitos, sino también facilitar la captura de delincuentes. El alcalde Carlos Bruce ha señalado que la efectividad de la videovigilancia radica en la capacidad de respuesta rápida de las unidades de patrullaje, en lugar de depender únicamente de la observación de las cámaras.
A pesar de estas inversiones, un análisis de Videnza revela que muchos proyectos de seguridad han enfrentado retrasos y sobrecostos significativos. Hasta marzo de 2025, se han identificado 43 proyectos relacionados con la adquisición de cámaras y vehículos de vigilancia por un total de S/ 150 millones, de los cuales 18 presentan un sobrecosto de más del 10% respecto al monto aprobado. Además, seis proyectos están retrasados en su ejecución y 21 no han registrado avances en los últimos seis meses.
La ineficiencia en la ejecución de estos proyectos ha sido un tema recurrente, lo que sugiere que el gasto no está alineado con las necesidades reales de seguridad. Luis Miguel Castilla, director ejecutivo de Videnza, ha señalado que la falta de coordinación entre los diferentes niveles de gobierno y la planificación deficiente son factores que contribuyen a esta ineficiencia. La Contraloría General de la República también ha señalado problemas en la operación y mantenimiento de los equipos adquiridos, lo que agrava la situación.
En cuanto a la inversión en brigadas caninas, ocho distritos han comenzado a destinar recursos a este fin, con gastos que varían desde S/ 61,127 hasta S/ 344,279. Esta estrategia busca complementar los esfuerzos de seguridad, aunque su efectividad aún está por determinarse.
El enfoque en la videovigilancia y la compra de uniformes, en lugar de un patrullaje efectivo y la adquisición de equipos de protección, plantea interrogantes sobre la estrategia general de seguridad en Lima. La falta de un plan integral que aborde la prevención del delito y la respuesta rápida a situaciones de emergencia es evidente. La necesidad de una mayor alineación entre los planes de seguridad a nivel nacional y local es crucial para mejorar la efectividad del gasto en seguridad ciudadana.
La situación actual exige una revisión profunda de las estrategias implementadas por las municipalidades, así como una evaluación de la efectividad de las inversiones realizadas. La seguridad ciudadana no solo depende de la cantidad de recursos invertidos, sino también de la calidad y la efectividad de las estrategias adoptadas para enfrentar el creciente problema de la inseguridad en Lima.