La reciente derrota de la Selección Peruana ante Venezuela ha desatado una ola de críticas y controversias, especialmente en torno a las decisiones arbitrales del chileno Cristian Garay. Este partido, que terminó 1-0 a favor de la Vinotinto, dejó a los jugadores peruanos, incluido el emblemático Paolo Guerrero, con un sabor amargo y muchas preguntas sin respuesta.
La situación se tornó aún más tensa cuando Guerrero, tras el pitazo final, se acercó a la terna arbitral para expresar su descontento. En declaraciones a los medios, el delantero no dudó en calificar de «cojudos» a quienes decidieron asignar a un equipo chileno para arbitrar un partido tan crucial. «No nos pueden poner una terna chilena», enfatizó Guerrero, sugiriendo que sería más apropiado contar con árbitros de otras nacionalidades, como argentinos o uruguayos, para evitar cualquier posible sesgo en las decisiones.
El contexto de esta queja es relevante, ya que Chile también está en la lucha por un lugar en el repechaje para el Mundial 2026. Esto añade una capa de complejidad a la situación, ya que Guerrero y otros jugadores sienten que la imparcialidad del arbitraje se ve comprometida. La frustración del delantero se hizo evidente, y su insistencia en que el arbitraje chileno podría haber influido en el resultado del partido refleja la tensión que rodea a las eliminatorias.
Durante el encuentro, hubo varias jugadas polémicas que alimentaron la indignación de los peruanos. Uno de los momentos más discutidos fue el penal a favor de Venezuela, donde la falta de Carlos Zambrano sobre Josef Martínez generó dudas. Las repeticiones no ofrecieron una imagen clara que confirmara la decisión del árbitro, lo que dejó a muchos cuestionando la validez de la sanción.
Además, el gol anulado a Bryan Reyna, que podría haber cambiado el rumbo del partido, también fue objeto de controversia. Las imágenes del VAR no lograron esclarecer si hubo una mano en la jugada previa al cabezazo del delantero, lo que dejó a los aficionados y a los jugadores peruanos con más preguntas que respuestas.
La Selección Peruana se encuentra en una situación delicada en las eliminatorias, a cinco puntos de la zona de repechaje con solo cuatro partidos restantes. La presión está aumentando y cada decisión, tanto dentro como fuera del campo, se vuelve crucial. La próxima oportunidad para redimirse será en junio, cuando Perú visite a Colombia en un partido que promete ser igualmente intenso y decisivo.
Los aficionados y analistas del fútbol están atentos a cómo la selección manejará esta situación. La frustración de Guerrero y sus compañeros es comprensible, pero también es un llamado a la unidad y a la concentración en los próximos encuentros. La calidad del juego y la capacidad de superar adversidades serán determinantes para el futuro de Perú en estas eliminatorias.
A medida que se acerca el próximo partido, la presión sobre el equipo y el cuerpo técnico aumentará. Las decisiones arbitrales seguirán siendo un tema candente, y la selección deberá encontrar la manera de enfocarse en el juego y dejar de lado las distracciones externas. La historia del fútbol está llena de momentos de controversia, y Perú no es la excepción. Lo que está claro es que la pasión por el fútbol en el país sigue siendo fuerte, y los hinchas esperan ver a su equipo luchar con todas sus fuerzas en la búsqueda de un lugar en el Mundial.